¿Cómo sería vivir en Marte?, ambientes ICE: un paralelo con la pandemia
¿Cómo sería vivir en Marte?, ambientes ICE: un paralelo con la pandemia

¿Cómo sería vivir en Marte?, ambientes ICE: un paralelo con la pandemia

Por Vincenzo Cambise

Un ambiente ICE (Isolated and Confined Environments en inglés) consiste en un ambiente cerrado, confinado y aislado, usualmente pequeño y sin espacio de sobra. Existen bases científicas y análogas en la Tierra que califican como ICE; sitios remotos en los polos e incluso en submarinos.
Una misión a Marte y una estadía en dicho planeta calificaría como ICE, dado el espacio útil del transporte interplanetario y un hábitat en el planeta rojo. Estos ejemplos se han acercado a nuestra realidad cotidiana debido a la pandemia de COVID, por la cual nos hemos visto en la obligación de hacer cuarentenas (confinamiento) en espacios cerrados, aunque con la diferencia de no estar completamente aislados, al menos en el caso de aquellos que vivimos en ciudades.

El hecho de vivir en un ambiente ICE con un grupo de personas significará que existirán roces, en menor o mayor medida, dadas las características psicológicas del ser humano. Estos conflictos, que pueden surgir en base a factores psico-sociales, pueden ser atenuados por varias medidas dentro de las cuales se destaca el diseño de los espacios y el estudio lumínico de ellos.

Factores Psico-Sociales

Una parte importante de los factores psicosociales que afectarán a los astronautas en una expedición a Marte, son los estresores a los cuales se verán sometidos. En la tabla 1 se pueden apreciar una lista de estresores propios de una misión tripulada a Marte, y también estresores ya documentados en operaciones en órbita.
Con respecto a los factores interpersonales (ver tabla 2), se tiene que se agudizan en entornos tipo ICE, la tensión grupal puede llevar a una pérdida de cohesión en la tripulación, lo que podría resultar en irritabilidad exacerbada y comportamiento territorial por posibles intrusiones de tripulantes en espacios privados. 

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Tabla 1: Factores estresantes psicológicos e interpersonales en órbita y planetarios. Traducido de Kanas (2014)

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Tabla 2: Efectos de los factores estresantes psicológicos e interpersonales en los miembros de la tripulación espacial. Traducido de Kanas (2014)

Efectos de la Luz

La visión ha sido el método más efectivo de adquisición de información desde los tiempos antiguos, lo cual es una razón de por qué el cerebro le dedica 1/3 de su masa (Kanas et al., 2014). Es por esto que la luz y la iluminación de un hábitat puede tener efectos importantes en la salud mental de su usuario. Los efectos de una iluminación artificial dentro de un espacio cerrado y confinado se exacerban, por lo que se debe tener especial cuidado en no desnaturalizar los tonos de las luces.

En el Mars Desert Research Station (MDRS), un hábitat ICE situado en el desierto de Utah, se registraron quejas de parte de los miembros de la tripulación con respecto a la cantidad desproporcionada de luces artificiales versus fuentes de luces naturales presentes en el hábitat (Munoz et al., 2013). Gracias a la tecnología LED, se pueden simular una variedad de tonalidades lumínicas, imitando amaneceres y ocasos, y toda la gama de tonos naturales variables del cielo terrestre (ver figura 1), por lo cual podría resultar en una buena adición a un hábitat ICE.

Si bien una estadía en Marte constaría con un ciclo lumínico muy similar al de la Tierra, se debe tener en cuenta que la mayor distancia entre el Sol y Marte deriva en una menor cantidad de luz recibida por el planeta rojo. Esto implica una alteración en una variedad de procesos biológicos humanos, principalmente el control del reloj biológico y la regularización de ciertas hormonas.

Como se ve en la figura 1, se comparan los tonos lumínicos naturales terrestres con los artificiales de la estación ISS. A esto se le debería añadir una gama adicional de tonalidades propias del planeta rojo, similar a la variación terrestre, pero con una intensidad menor, teniendo un impacto en los ciclos circadianos mostrados en la figura 2.

Patrón de fondo

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Figura 1: Variación de color de la luz a lo largo del día (Caballero-Arce et al., 2012).

Patrón de fondo

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Figura 2: La influencia de la luz diurna en el cuerpo humano (Caballero-Arce et al., 2012).

Estudio de Espacios

Según Vogler et al. (2005), el espacio se puede subdividir en 4 dimensiones principales: 

Espacio Fisiológico: el espacio que se requiere para sobrevivir físicamente.

Espacio perceptible: controlado por nuestros sentidos, olfato, tacto, vista, oído, gusto. Ellos se comunican con el hábitat en el que se encuentran, por lo que, en un hábitat marciano, se deben considerar estímulos sensoriales controlados para no incurrir en monotonías dictadas por vistas o materiales. 

Espacio psicológico: puede ser descrito como identidad, estimulación y seguridad, que actúan como un contrapeso al anonimato, aburrimiento y ansiedad. Este espacio debe ser claro y debe permitir el acto de reflexión e introspección, lo cual minimiza en cierto grado la improductividad. A esto se le pueden añadir estímulos visuales para romper con la monotonía y así crear un ambiente mentalmente sano. 

Espacio sociológico: el arquitecto debe trabajar con tres tipos de áreas; públicas, semi públicas y privadas. El individuo requiere barreras y cerramientos para poder sentir privacidad, pero a la vez se deben incorporar espacios comunitarios claramente definidos.

Conclusiones

Hemos podido experimentar una fracción de los estresores propios de un hábitat ICE gracias a la pandemia, a casi dos años del inicio de ésta se han aplicado y levantado cuarentenas a lo largo del mundo, obligándonos a compartir espacios pequeños con otras personas por largos períodos de tiempo. Esta situación hace relevante el diseño de los espacios que habitamos más que nunca. Un espacio ICE que considere luz, mitigación de ruidos y diversidad de áreas podrá contribuir positivamente al bienestar y rendimiento de aquél que lo habite, ya sea una persona cualquiera en la Tierra o un futuro astronauta en Marte.

Referencias

[1] N. Kanas, «Psychosocial Issues during an Expedition to Mars,» Acta Astronautica, pp. 73-80, 2014. 
[2] G. Munoz, M. Fehlinger y J. Kring, «Designing for Mars: Mitigating Habitability Factors to Support Crew Performance,» de PROCEEDINGS of the HUMAN FACTORS and ERGONOMICS SOCIETY 57th, 2013. 
[3] C. Caballero-Arce, A. V.-d. Insausti y J. Benlloch-Marco, «Lighting of space habitats: Influence of color temperature on a crew’s physical and mental health,» de 42nd International Conference on Environmental Systems, San Diego, California, 2012. 
[4] A. Vogler y J. Jørgensen, «Windows to the World, Doors to Space: The Psychology of Space Architecture,» Leonardo, vol. 38, nº 5, pp. 390-399, 2005. 

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