Los desafíos médicos de colonizar Marte: Parte 1
Los desafíos médicos de colonizar Marte: Parte 1

Los desafíos médicos de colonizar Marte: Parte 1

Por Mónica Álvarez

Uno de los mayores desafíos al enviar una misión humana a Marte es el largo viaje a través del espacio profundo, en el cual los astronautas tendrán que soportar no solo condiciones extremas como la radiación, si no que también cambios  psicológicos y  fisiológicos  durante su travesía al planeta.

En el caso de Marte, una buena forma de reducir esta exposición a la radiación, es elegir una misión de larga duración en la superficie del planeta rojo.
Una misión de larga estancia dura (910 días, 360 en tránsito y 550 en la superficie de Marte), mientras que una misión de corta estancia dura (640 días, 610 en tránsito y 30 en la superficie de Marte), la misión de corta estancia hace que los astronautas viajen a través del espacio profundo durante casi un año más que la misión de larga estancia, manteniendo a los astronautas en territorio de alta radiación durante casi un año más.

Se ha determinado que la dosis de radiación anual promedio en la Tierra es de 3 mili-Sieverts por año o mSv/año. Un Sievert es una unidad de medida que refleja los efectos biológicos de la radiación.
Se cree que la dosis de radiación anual en Marte, sin blindaje en vehículos espaciales  y sin protección, es de 100 a 200 mSv/año, dependiendo de la actividad solar en ese momento, mientras que en el espacio profundo, la dosis de radiación anual oscilaría entre 300 y 1000 mSv/año, dependiendo asimismo de la actividad solar.
Estas estimaciones no tienen en cuenta los «factores modificadores de riesgo», que incluyen la edad, el sexo y el material utilizado para los hábitats o vehículos  y el tipo de material del transporte.

Algunos de los riesgos y consecuencias de la radiación en los  astronautas son una mezcla de efectos agudos y retardados, incluidos efectos degenerativos en los tejidos (por ejemplo, cataratas  o enfermedades cardíacas), síndromes agudos de radiación (también conocido como envenenamiento por radiación, el cual  ocurre cuando una gran cantidad de radiación se absorbe en un corto período de tiempo), daño al sistema nervioso central y cáncer.

El daño al ADN inducido por radiación no sería la causa del cáncer, sin embargo, la inestabilidad causada por aberraciones cromosómicas y roturas de cadenas dobles o simples, podrían convertir estos riesgos de cáncer en una realidad. Aunado a esto también es importante recalcar  el factor psicológico, la gran parte de futuros astronautas  colonizadores, a pesar de sus años de entrenamiento  físico como mental, experimenta  consecuencias en su salud mental debido al confinamiento físico y el aislamiento social, causando desconfianza excesiva, agresividad, estrés, depresión, ansiedad  y fatiga.

El entorno marciano es relativamente menos hostil en comparación con otros cuerpos sin ozono en nuestro sistema solar, esto debido a su atmósfera con dióxido de carbono. La atmósfera marciana proporciona cierta protección contra las erupciones solares, debido a esto, no necesitamos enterrarnos profundamente bajo la superficie. En cambio, podemos usar ladrillos hechos en Marte y capas de suelo marciano para protegernos de la radiación.

Para determinar el verdadero riesgo de la radiación espacial, los científicos analizan los estudios epidemiológicos de los supervivientes de la bomba atómica. Examinan la traducción de estos efectos a otras poblaciones, tasas de dosis y tiempos de exposición a la radiación. Si los seres humanos son enviados a Marte para vivir permanentemente en la superficie, es necesario desarrollar nuevas tecnologías en el blindaje contra la radiación.

En la segunda parte de este artículo, te contaremos sobre otros desafíos que deberán solucionar los colonos en Marte y la tecnología se que ha podido desarrollar en el área de la medicina gracias al desarrollo espacial.

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