Mercurio es el planeta más cercano al Sol. Desde la Tierra, Mercurio se ve principalmente durante el amanecer o el atardecer, apareciendo como un pequeño disco brillante en el cielo. Mercurio carece de atmósfera, por lo que podemos observar una superficie llena de cráteres, similar a la Luna, con regiones lisas y colinas bajas. Los telescopios más potentes permiten distinguir detalles como las llanuras entre cráteres y grandes formaciones de impacto como la Cuenca Caloris, uno de los cráteres de impacto más grandes del sistema solar.
«Ahora que el Sol está un poco más arriba de este cráter, su fondo parece liso y aún se pueden ver sus cadenas de cráteres que se extienden lejos de su borde» Créditos: misión MESSENGER Octubre 2013
Según la Agencia Europea Espacial, la cara de Mercurio que da al Sol podría alcanzar los 480 grados Celsius, mientras que la cara que no le llega el Sol llega a -180 grados. Sin embargo, en sus polos esto es más estable, ya que la radiación solar llegaría en menor cantidad. Los científicos del Centro Marshall de Vuelos Especiales de la NASA, sugieren que: “de haber vida en Mercurio, esto podría ser similar a la que se encuentra en algunos sitios extremos de La Tierra, tales como el desierto de Atacama en Chile”
Sin duda, cualquier intento de colonizar Mercurio enfrenta enormes retos técnicos, de salud y de recursos, requiriendo soluciones innovadoras y tecnologías avanzadas para hacer viable la vida humana en este planeta.
Imagen del Cráter Caloris
Paisaje y Geología de Mercurio
La superficie de Mercurio es una mezcla de antiguos cráteres y llanuras relativamente jóvenes. Su paisaje es testimonio de un planeta que ha experimentado una actividad geológica intensa en su pasado. La Cuenca Caloris, con más de 1.500 kilómetros de diámetro, es una de las características más notables, rodeada por un anillo de montañas de hasta 2 kilómetros de altura. Mercurio también posee escarpes y acantilados, algunos de los cuales se extienden por cientos de kilómetros, resultado de la contracción del planeta a medida que su núcleo se enfriaba. Estas características geológicas únicas ofrecen una ventana al pasado primitivo del sistema solar.
Vista sobre el Horizonte de mercurio- JPL
Misiones Espaciales a Mercurio
La exploración de Mercurio ha sido posible gracias a varias misiones espaciales, destacando las contribuciones de Mariner 10 y MESSENGER. Mariner 10, lanzada en 1973, fue la primera misión en sobrevolar Mercurio, proporcionando las primeras imágenes cercanas del planeta y revelando su superficie llena de cráteres. MESSENGER, lanzada en 2004, orbitó Mercurio y ofreció un mapa detallado de su superficie, composiciones químicas y su campo magnético.
Esta misión descubrió que Mercurio tiene un núcleo de hierro sorprendentemente grande, que ocupa alrededor del 85% de su radio. También detectó depósitos de hielo en cráteres polares permanentemente sombreados, una revelación sorprendente dado el intenso calor del planeta. La misión también encontró evidencia de compuestos volátiles en la superficie, sugiriendo que Mercurio ha retenido más materiales ligeros de lo que se pensaba anteriormente.
Estos hallazgos han obligado a los científicos a reconsiderar las teorías sobre la formación y evolución de los planetas rocosos, razón por la cual en 2018, la misión BepiColombo, una colaboración entre la ESA (Agencia espacial europea) y JAXA (Agencia espacial japonesa), fue lanzada con el objetivo de estudiar la magnetosfera, la estructura interna y la superficie de Mercurio en mayor detalle.
Diálogos cósmicos: Mercurio
La muestra presenta tres vistas distintas de Mercurio, Priscilla presenta una acuarela inspirada en una imagen del planeta completo, obtenida por la misión Messenger que permitió estudiar la topografía del planeta identificando alturas y valles. Al estar cerca del Sol, quiso representar una vista poco habitual de Mercurio, un poco más oscuro debido a su cercanía con el Sol. En amarillo de fondo vemos el Sol y en primer plano vemos a Mercurio con colores inspirados en las imágenes de falso color de la misión Messenger.
La obra presentada por Kamilla en acrílico, muestra una interpretación de la superficie del planeta, caracterizada por sus cráteres y los altos contrastes de sombra provocados por su cercanía al Sol. La pieza destaca sutilmente a astronautas explorando el interior de uno de los cráteres, una referencia a la futura exploración humana con toques de ciencia ficción.
La obra expuesta en Diálogos Cósmico realizado por Yohana Tapia con una técnica mixta y dibujo y edición digital, es una propuesta inspirada en la posibilidad de poder crear hábitats que nos permitan sobrellevar el entorno hostil de Mercurio, hábitats que de ser construidos es probable que sean en lugares o cráteres donde la temperaturas sean más o menos estables y altamente resistente. ¿Soñar es posible?